El título de mi libro ya lo observaste al dar clic a esta página:
La piel del alma
Por Agussaenz Cruz
Es la necia ambivalencia de hallarte,
la constricta lógica de hacerte sólo mío,
de retenerte aún sin haberte tenido,
de creer en tí; esa maldita fe
que surge al calor de un café
cuando te observo y hago como que te miro.
Esa punsante pasión de leerte
en cada una de tus miradas,
la nostalgia soportable de cuidarte;
cuidarte de mi,
de colocar esa barrera con pasadizo
secreto a tí.
Es en este laudo latido mío,
que sin querer te sonrío
y respondo a tu locura,
juego infantil de ternura.
De este latido febril
que en este mes de abril,
sin necesidad de primavera
mi corazón te aceptó a la primera
intensión de un beso gentil.
¡Oh latido azul!
Conciencia mía;
pensamiento caliente
en un corazón tonto y valiente
que hoy acepta que te ama,
y sin poder absoluto; te reclama
latidos de amor,
latidos de sed,
latidos de mí.
Para el amor que fluye, y sin que puedas evitarlo, encuentra su propio cause, dándote la satisfacción, de simplemente dejarte fluir en armonía con él.